
Lovecraft fue un erudito de saberes prohibidos y libros malditos como el Necronomicón, en los que utiliza un lenguaje barroco y obsesivo que sugería un terror ajeno y, a la vez, fascinaba por esa familiaridad encarnada. Los escritos aquí recogidos son:
-El horror oculto (1922). El relato mantiene un estilo episódico y unos nombres llamativos en los capítulos que explotan la vena macabra de esa época en Lovecraft. Aparece, además, uno de sus temas favoritos, la degeneración hereditaria, anteriormente recogida en Hechos tocantes al difunto Arthur Jermyn y su familia. La fobia de Lovecraft hacia el mestizaje es destilada en párrafos del relato que son autenticas obras maestras de la literatura macabra.
-Las ratas en las paredes (1923). Mantiene la tónica del relato anterior, pero esta vez Lovecraft nos sumerge en el lejano pasado para narrarnos indescriptibles ritos paganos en el “cubil de diablos y hombres lobo” de una Inglaterra tenebrosa que Lovecraft gustaba de estudiar y recrear.
-El (1925). Es en cierta manera un relato autobiográfico que muestra su malestar por su estancia en Nueva York, añorando siempre las rancias costumbres y la arquitectura colonial de su querida Providence. La narración es en realidad un cuento macabro, donde aparece un personaje “mágico” que muestra saberes ocultos y visiones de otras épocas, cual anciano iniciativo.
-En la cripta (1925). Es una narración de tipo grotesco, donde el autor emplea un lenguaje coloquial, mas propio de los chismorreos y las gacetas locales, como si de una leyenda urbana se tratara, y cuyo fin es la mofa macabra y el sarcasmo devastador. Sin duda, en aquella época, Lovecraft se había ganado la fama de escritor macabro, además de merecedor de una ironía incendiaria que había hecho las delicias de sus compañeros de la prensa aficionada.
Nuevo, sellado, 93 paginas, rustica, 19.5x13cm.
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